Una caminata de entre 15 y 30 minutos desde Playa del Rivero ya deja ver la paradisíaca costa de Playa Grande. Una playa verdaderamente grande, a la que también se puede acceder atravesando el Parque Nacional Santa Teresa (forma parte de este).

 

Además, al ser así, está conectada con impresionantes bosques. Las diversas plantas circundantes hacen al destino aún más fascinante. 

 

Es muy extensa: varios kilómetros en los que el paisaje va cambiando constantemente y de continuo aparecen nuevos encantos. Es la playa perfecta para quienes les gusta la tranquilidad y los lugares sin demasiada gente.

 

Recomendable para ir en familia o entre amigos, o para las parejas que buscan tranquilidad y quieren caminar un poco y encontrarla. Un lugar excelente para ir con niños, debido a la progresividad de su hondura y a que las olas son más bien escasas.

 

Sus aguas son bien verdes y su conformación asemeja a la de una bahía. Incluso, en ocasiones es posible ver a peces en el agua. Sus arenas, un poco más ásperas que la de las otras playas diablenses, termina entre los árboles y la espesa vegetación del lugar, sin construcciones próximas, esta zona es un refugio para quienes desean alejarse de la urbe y rodearse de belleza 100% natural.

 

 

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